Así duerme la hermana de mi novia. ¡Mas fotos!

Así duerme la hermana de mi novia. ¡Mas fotos!
Así duerme la hermana de mi novia. ¡Mas fotos!

Ansiedad ante los exámenes: el miedo al fracaso

Ansiedad ante los exámenes: el miedo al fracaso

Sequedad de boca, temblor de manos, sudoración, taquicardia, respiración acelerada, palpitaciones... son algunos de los efectos fisiológicos que produce la ansiedad, y para muchos estudiantes acontecen sensaciones muy familiares y conocidas cada vez que se acerca la época de exámenes.

Alumnos examinándose. Fotografía de Griska Niewiadomski La ansiedad, ¿es útil?

La ansiedad, al contrario de lo que podría pensarse, consiste en una respuesta biológica-adaptativa. Su naturaleza anticipatoria, es decir, su capacidad para señalar y anticipar peligros o amenazas, la ha convertido en una ventaja indiscutible para la supervivencia y ha favorecido que se mantenga a lo largo de la evolución.
Para un cazador del Paleolítico, notar ansiedad al escuchar ruido a sus espaldas le preparaba para hacer frente a un peligro potencial (fuera en forma de fuga, defensa o ataque), puesto que el origen del ruido podía ser tanto un compañero de cacería como un oso salvaje.


Chica estudiando. Imagen de Helena Cavalheiro Un enorme gasto de energía

Las reacciones que desencadena la ansiedad tienen una utilidad funcional. Por ejemplo, el aumento de la frecuencia cardiaca facilita que se bombee más sangre al cerebro, pulmones y músculos, de forma que aumentamos la atención, la concentración y la velocidad de reacción. A la vez, el incremento de sangre en los pulmones hace que ésta se oxigene más, suministrando más energía a los músculos. Estos, al activarse repetidamente, generan un exceso de calor que el cuerpo regula a través de la transpiración. Es evidente que estos y otros son cambios que incrementan nuestra capacidad de respuesta en el ambiente, y por lo tanto resultan beneficiosos.
Ahora bien, también suponen un enorme gasto de energía para el organismo, y por esto resultan óptimos cuando se activan de forma puntual para dar respuesta a un peligro inmediato. Pero si esta respuesta se desencadena de forma continuada y excesiva, manteniéndose en el tiempo o con una intensidad desproporcionada al estímulo que la ha provocado, empiezan los efectos negativos y deja de ser adaptativa (descontrolando los pensamientos y la conducta, y dificultando la consecución de los objetivos marcados).
Los efectos de la ansiedad. Dibujo de Oriol Massana.

Ansiedad y rendimientoAnsiedad y rendimiento

El rendimiento en una tarea que mejora a medida que estamos más activos, hasta que llega a un máximo. A partir de este punto la relación se invierte, de forma que si la ansiedad continúa aumentando se producirá un deterioro en la ejecución.
Una activación o ansiedad moderada (ni demasiado alta ni demasiado baja) lejos de ser nociva, puede incluso mejorar nuestro rendimiento. En época de exámenes, por ejemplo, es fácil comprobar que cuanto más se acerca la fecha de la prueba, mejor provecho se obtiene del tiempo de estudio. Son momentos en los que los nervios o la ansiedad resultan motivadores.
La dificultad aparece cuando esta ansiedad supera unos determinados niveles, convirtiéndose en un problema que repercute negativamente en el rendimiento y conduce a un círculo vicioso: a más angustia menos estudio y más bloqueo mental, lo que hace que aumente todavía más la angustia, y así progresivamente.

10 consejos para mantener la ansiedad a raya

  • Prepara bien el examen, incrementará tu sensación de seguridad.
  • Piensa en positivo: sustituye los pensamientos negativos (“suspenderé”, “no me lo sé”, “soy incapaz”) por otros más realistas y operativos (“he estudiado y me lo sé”, “esto no podrá conmigo”, “lo haré lo mejor que pueda”).
  • Acepta los errores: aprende a relativizar los errores. Todo el mundo puede y tiene derecho a equivocarse.
  • Relájate: practica alguna técnica de relajación y/o respiración que te ayuden a estar tranquilo/a.
  • Tu salud es importante: respeta los horarios de sueño, come bien y, si puedes, haz ejercicio.
  • Utiliza la ansiedad a tu favor: una activación moderada aumentará la motivación para estudiar, y potenciará tu rendimiento.
  • Controla el entorno: llega con un margen de tiempo al examen (ni muy temprano ni muy pronto) y rehúsa conversaciones que puedan menguar la seguridad en tus conocimientos.
  • Nada de escaqueos: la mejor manera de superar la ansiedad es afrontándola. Escaquearse del examen puede ser contraproducente y no hará más que incrementar tu ansiedad en futuras ocasiones.
  • Recompénsate: has trabajado duro y te lo has ganado. Date un premio.
  • Pide ayuda: si no consigues controlar la ansiedad, coméntalo con la gente que tienes cerca. Padres, hermanos, profesores o psicólogos están allí para ayudarte.

    VIA:PortalEureka