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¿Es posible viajar en el tiempo? Descubrelo en este artículo

Viajes en el tiempo

2016. Los científicos construyen una máquina para viajar en el tiempo. La uso por volver atrás hasta 1937. Estamos en plena guerra civil y me alisto en la división de la cual forma parte mi abuelo. Entonces, él es muy joven y todavía no ha conocido a mi abuela: mi padre todavía no ha nacido. Mientras charlamos cargando los fusiles, mi arma se dispara accidentalmente y lo mata. ¿Qué pasa? Si mi abuelo ha muerto el 1937, antes de llevar al mundo a mi padre, ¿cómo es posible que en el 2016 yo esté vivo? Quizás el hecho de que haya muerte hace que la historia cambie y que, efectivamente, en el 2016 yo no exista. Pero, en este caso, ¿quién es el que ha vuelto atrás en el tiempo y lo ha matado?

Universos paralelos

La paradoja "del abuelo" es uno de los numerosos contrasentidos que produciría un viaje en el tiempo. Las teorías fundamentales de la ciencia contemporánea, como por ejemplo la relatividad o la mecánica cuántica, no excluyen la posibilidad de hacer viajes en el tiempo. Aun así, se encuentran muchas dificultades técnicas y paradojas cuando se intenta concebir una máquina del tiempo. Una de las soluciones posibles a la paradoja del abuelo sería la existencia de universos paralelos. Se trata de una pura hipótesis especulativa, sin ningún fundamento experimental. Según esta idea, en el momento en qué el disparo de mi fusil toca al desafortunado abuelo, se generan dos universos paralelos. En uno de estos universos, el abuelo muere y yo desaparezco de la escena por siempre jamás. En el otro, el disparo no lo mata y la historia acaba con mi abuelo, ya viejo, que me explica delante del fuego la anécdota sobre un compañero que estuvo a punto de matarlo accidentalmente...
Velocidad de la luz. Imagen: Dez Pain

Sombras de personas. Imagen: Dez Pain. ¿Dónde están los turistas del futuro?

A muchos científicos, no les convence la hipótesis de los universos paralelos. El físico Stephen Hawking desconfía del hecho de que los viajes en el tiempo sean posibles. Si un día lo fueran, los viajeros del futuro ya estarían entre nosotros, argumenta. Y ¿quién ha visto alguna vez a un turista del futuro? Hawking ha propuesto también la conjetura "de la protección cronológica". Según esta hipótesis, aunque los viajes en el tiempo fueran posibles, cualquier cambio en el pasado no tendría ningún efecto en el presente. En otras palabras, todos nosotros estaríamos encadenados a un único universo, con una única historia. Según Hawking, aceptar este principio sería la única manera de evitar caer en la paradoja del abuelo.

RelojVuelos baratos... en el tiempo

En realidad, el viaje en el tiempo no es nada extraordinario. De hecho, todos nosotros a cada instante estamos viajando en el tiempo. La última semana nos hemos movido adelante en el tiempo... ¡de una semana! La última hora hemos ido adelante con una velocidad... ¡de "una hora por hora"! Viajar en el tiempo así no es demasiado caro.
Aquello que ya no es tan sencillo es intentar ir algo más rápido: por ejemplo, una máquina que se moviera por el tiempo a dos "horas por hora" me permitiría saber a mediodía qué pasará a medianoche. Todavía más complicado sería ir marcha atrás en el tiempo. No sólo se tendría que ir atrás, sino que haría falta ir a más velocidad de "una hora por hora". De lo contrario, pasada una hora, nos encontraríamos justamente en el momento en el cual iniciamos el viaje.

Ilustración de la paradoja de los gemelos. Dibujo: Oriol Massana. Los dos gemelos

Según la Teoría de la Relatividad, que concibió el físico Albert Einstein a comienzos del siglo XX, el espacio y el tiempo no son dos entidades separadas sino dos aspectos de la misma cosa. Por ejemplo, según esta teoría, el tiempo fluye de una manera diferente según la velocidad con la cual uno se mueve en el espacio. Supongamos que hay dos gemelos: un astronauta y un carpintero.
Con 25 años, el astronauta se embarca en una nave espacial que viaja a una velocidad muy próxima a la de la luz (hoy en día las velocidades asequibles son mucho más bajas). Tras cinco años de viaje, el cosmonauta vuelve a la tierra y encuentra que su hermano gemelo ¡ya tiene 75 años! Según las ecuaciones de la relatividad este escenario no es ciencia-ficción. Sencillamente, el tiempo ha pasado "más rápido" en la Tierra que en la nave.

Una gota cae el el agua. Imagen: Dez Pain.Agujeros en el tiempo

La paradoja de los dos gemelos no es ninguna fantasía. Los satélites orbitales se mueven a cinco kilómetros por segundo, mucho menos de los 300.000 kilómetros por segundo de la luz. Aun así, es una velocidad lo suficientemente grande como para que los ingenieros aeroespaciales hayan comprobado que los relojes de los satélites se mueven más despacio que los de la Tierra. Esta diferencia se debe tener en cuenta para poner fecha y hora correcta a las observaciones de los satélites.
Otra consecuencia de las teorías de Einstein es que el tiempo pasa más lentamente en presencia de campos gravitacionales muy fuertes. Distorsiones de este tipo se encuentran en la proximidad de los agujeros negros. En los últimos años, algunos científicos han propuesto la hipótesis de que podría haber unos "agujeros" dentro del espacio-tiempo, que serían como unos "atajos" para hacer viajes en el tiempo. Sólo se trata de una hipótesis, pero es perfectamente compatible con los conocimientos actuales.

Billar. Imagen: Demian Simpson.Rebobinar el tiempo

Suponemos grabamos en vídeo dos bolas de billar que chocan. Las dos bolas entran en el plano desde debajo, se acercan, chocan, y se alejan saliendo del plano por arriba. Ahora mostramos a un amigo la película en sentido contrario. Verá dos bolas que entran desde arriba, chocan y se alejan hacia abajo: una situación perfectamente posible. Si el amigo no estaba presente durante la grabación, no podrá enterarse de que la grabación era en sentido contrario. Este es un ejemplo del hecho de que el tiempo es absolutamente simétrico.
Es decir, teóricamente no hay ninguna "dirección privilegiada" en el tiempo. Si observamos un fenómeno en la dirección temporal encontrada en la cual se ha desarrollado, obtendremos otro fenómeno físico perfectamente posible. Bien, en realidad, hay una clase de fenómenos físicos para los que el tiempo no es simétrico: son los procesos que involucran la fuerza "débil". Un ejemplo son las reacciones nucleares implicadas en la emisión de luz del Sol.

Edificio derrumbado. Imagen: Jon Wisbey. ¿Por qué hacia delante?

Aunque la observación de las bolas de billar se pueda hacer hacía adelante y atrás indistintamente, hay otras muchas cosas que no parecen tan "normales" cuando las observamos "marcha atrás". Para derribar un edificio sólo hace falta explosionar una buena cantidad de dinamita. Pero, volver atrás y reconstruirlo a partir de sus ruinas es casi imposible.
Si no tenemos dinamita, sólo hace falta esperar unos cuántos siglos y casi todas las construcciones se reducen a escombros. Casos como estos demuestran que sí que hay una "dirección privilegiada" en el tiempo. En realidad, no hay ninguna contradicción con las observaciones del párrafo precedente. Una construcción está hecha de átomos, que podemos imaginar como unas bolas de billar microscópicas. Al nivel de los pequeños grupos de átomos, efectivamente, todos los procesos son "reversibles". Aun así, cuando hay muchos átomos, las cosas se complican. En una construcción, los átomos están dispuestos bien ordenados: los átomos de hierro con los otros átomos de hierro, las moléculas que forman el cemento con sus compañeras, etc. En los escombros, los átomos están desordenados. Ahora, hay muchas maneras de crear una mezcla desordenada de átomos; pero hay una única forma para disponerlos de forma que formen un elegante palacio. Es mucho más probable que la evolución temporal nos lleve a una de las muchas situaciones desordenadas (los escombros) que a la única situación ordenada (el palacio).

Viajes en el tiempo de la ficción

La literatura nos ha ofrecido, desde tiempos inmemoriales, ejemplos de viajes en el tiempo. Así, en el «Apocalipsis» de San Juan de la Biblia, el apóstol nos explica cómo se le reveló el futuro gracias a un ángel enviado por Jesús. Siglos después, en el año 1843, Charles Dickens escribiría el Cuento de Navidad, obra llevada al cine por Disney, dónde el avaro Scrooge viaja en el tiempo de la mano de los tres espíritus de la Navidad. Sin embargo, la creación y el uso de máquinas para viajar en el tiempo ha sido siempre una temática básicamente y exclusiva de la literatura de ciencia ficción.

Los orígenes

El primer escritor que describió una máquina para moverse en el tiempo no fue Herbert George Wells, como cree la mayoría, sino Enrique Gaspar, un autor español que en su zarzuela El anacrónopete (1881) nos describe, minuciosamente, un artefacto para saltar en el tiempo. Ahora bien, es cierto que el tema no llegó a la ciencia ficción hasta que en el año 1895 H. G. Wells publicó La máquina del tiempo. Aun así, Wells no dedica el texto a reflexionar sobre las paradojas temporales puesto que su objetivo es, básicamente, moralizador. El libro fue todo un éxito en su época y se ha llevado al cine y a la televisión en diversas ocasiones. La adaptación cinematográfica más conocida es El tiempo en sus manos realizada por George Palo en el año 1960.
Otros clásicos dentro esta temática son Un ianqui en la corte del rey Arturo (1889) de Mark Twain o El final de la eternidad de Isaac Asimov (1955).

Portada del anacronópetoEl Anacronópeto

Una de las primeras obras de fantasía que hablaron de la máquina del tiempo fue El Anacronópeto, novela publicada por Enrique Gaspar y Rimbau (Madrid, 1842-Olorón, 1902) en 1887. El Anacronópeto es una caja de hierro que se mueve con cuatro grandes cucharas también de hierro, alimentada con electricidad. Gracias al "fluido García", los viajeros no rejuvenecen durante el viaje y pueden llegar a ver la batalla de Tetuán o la reconquista de Granada. Cuando se acercan al momento de la creación, pero, las cosas no van tan... bien

La paradoja del viaje al pasado

La paradoja del viaje en el tiempo fue expresada por primera vez por René Barjavel en El viajero imprudente (1943) y se ha utilizado para argumentar que los viajes al pasado no son posibles. Esta paradoja se basa en una concepción maleable de la línea temporal donde es posible cambiar los acontecimientos futuros. Así, James P. Hogan titula su novela Había tres veces (Thrice Upon a Time) haciendo contraste con el conocido "había una vez" (once upon a time) de los cuentos.
En contra de esta visión, La máquina del tiempo de H. G. Wells postula que los hechos son inevitables y que por lo tanto, la línea temporal es rígida. Por eso, la mujer del protagonista muere en todos los viajes que hace al pasado.

La máquina del tiempo. (c) Warner Bross y Dreamworks Pictures (2002). Viajes instantáneos o progresivos

En la literatura hay dos tipos de viajes en el tiempo, el instantáneo y el progresivo. El viaje instantáneo es el más común y no requiere una explicación científica. Lo encontramos en obras como Cuento de Navidad de Dickens o Un ianqui en la corte del rey Arturo de Twain.
En los saltos progresivos, el cambio consiste en aumentar la velocidad a través de la dimensión temporal. Encontramos un buen ejemplo en La máquina del tiempo de H. G. Wells y en Alicia a través del espejo (1871) de Lewis Carrol. En este último libro y pese a no ser una obra de ciencia ficción, la Reina Blanca se mueve en el tiempo a la inversa, o sea, vive siempre a una velocidad temporal constante negativa.