Así duerme la hermana de mi novia. ¡Mas fotos!

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Origenes de la ciencia ficción

Los griegos inventaron todos los géneros literarios de la tradicibn occidental, incluso aquellosque hemos heredado sin una denominación helénica, como la fábula, la sátira (pese a ciertas afirmaciones de Quintiliano sobre su raigambre latina), y la novela. Pero aquellos géneros literarios que, como los recientemente mencionados, no fueron objeto de la atención de Aristbteles y de otros retóricos y estudiosos de la Poética, quedaron un tanto desamparados y faltos de consideración en contraste con otros, como la épica, la lírica en sus diversas especies, y las formas dramáticas cclásicas» de la tragedia y la novela. Ese desamparo teorético
es especialmente sensible en el caso de la novela, género tardío y poco caracterizado formalmente,
cproducto moderno y decadente», epígono de la larga tradición literaria de Grecia.
Es muy corriente que, al tratar de los orígenes y las características de la novela griega, y de la época
de su aparición y su secular desarrollo, se insista en los elementos heredados, el material de aluvión
que ha recibido, más que en el espíritu propio y novedoso de su creación. Pero no vamos ahora a
tratar de este punto general, que hemos debatido en otros lugares, sino a comentar en sus líneas esenciales un texto que, en un sentido amplio, podemos calificar de «novelesco»: los Relatos veridicos de
Luciano de Samósata. Precisamente a propósito de este breve y muy sugerente texto resulta ejemplar
lo que venimos diciendo. Los filólogos han atendido más a sus motivos recogidos de una amplí-
sima tradición que a la novedosa intención paródica que les confiere la composición del hábil literato de la Segunda Sofística.
Como relato de aventuras fabulosas la narración lucianesca se encuadra en esa corriente fabulosa
que viene de la Odisea y de ciertos textos «históricos» de Herodoto y Ctesias, pasando por Yambulo
y otros perdidos inventores de viajes utópicos, hasta los relatos de Filóstrato s.obre la Vida de Apolonio
de Tiana y las maravillosas peripecias de Alejandro en la biografía escrita por el Pseudo Calístenes.
(Tanto Filóstrato como este misterioso Ps. Calístenes son del siglo III, posteriores a Luciano, y sus
obras, la una más culta, la otra más popular, muestran que seguía cultivándose ese tipo de narración
con gran éxito.) Sin embargo, Luciano intenta caricaturizar el viejo género y para ello distorsiona los
motivos, exagera hasta límites de inverosimilitud manifiesta los detalles, y trata con este pastiche
absurdo de divertir a sus cultos lectores.
Esta obrilla ha sido una de las más influyentes de nuestro autor y ha tenido lectores ilustres, muy
influyentes a su vez en la literatura europea, desde Tomás Moro y Rabelais, hasta J. Swift y Voltaire.
EI desenfado y la riqueza de alusiones míticas y literarias convierten los Relatos Veridicos en un
texto tan atractivo como los Diálogos de los Dioses o los de los Muertos -que están en la tradición
de ia sátira menipea. Pero, a mi entender, tiene sobre éstos ia ventaja de una mayor modernidad
y una soltura mayor, debida a la forma de la diégesis o narración abierta; mientras que los personajes
de los Diálogos huelen siempre un poco a guardarropía la forma novelesca confiere a Relatos Veridicos una curiosa frescura.
Aquí queremos enfocar ese viej o texto como un posible antecedente de los relatos de «ciencia ficción», como suelen admitirlo los historiadores del género, al menos en el sentido en que lo hace, por
ejemplo, Van Herp, quien señala en su bien conocido libro: cLa Science Fiction n'est pas un genre
á part. Elle est, avant tout, une attitude nouvelle vis-á-vis du roman, elle n'est pas liée á la panoplie
des astronefs cascadant dans I'espace, aux monstres galactiques, aux télépathes ni aux espions se
poursuivant au travers des corridors des dimensions  au-delá de la quatriéme... Et c'est á bon droit qu'elle
peut revendiquer I'utopie et les essais philosophiques comme appartenant á son domaine.»